VENEZUELA y SU CALVARIO

Dios es amor, Soy hijo del amor
Venezuela y su calvario
Por Iván H. Contreras

En Venezuela todavía reinan infinidades de plagas, que han venido deteriorando el país. Gobiernos a lo largo y ancho del país con mentalidad de rancho, corruptos, Individualistas, soberbios, avaros, altaneros, prepotentes, egoístas. A través de la historia ha habido chispazos de desarrollo, de cambios positivos, pero ninguno de esos cambios han sido sostenidos en el tiempo, se crece a golpes, sin planificación, todavía cada nuevo gobierno le echa la culpa al pasado y no hace nada para mejorar, cambiar o enrumbar hacia políticas de desarrollo y modernización. Políticas que con lleven al mayor bienestar y seguridad de la población.
No se puede explicar que en un país privilegiado por la naturaleza, el tiempo, el clima, su situación geográfica, riquezas minerales, bosques, montañas, playas, paisajes maravillosos, exista pobreza critica, pobres, clase media baja….es increíble ver a personeros de la derecha, del centro y de la izquierda dándose golpes de pecho, insultando al otro, proponiendo soluciones que no llevan a nada, uniéndose por interese politiqueros individualistas y no ideológicos colectivos, ni por verdaderas sustentables políticas de desarrollo y justicia social. Muchos politiqueros llevan al país a la desunión, a las deshumanización, a la perdida de le ética, de la moral, ser parásitos del estado, a vivir de las migajas que los gobiernos les van tirando, dando, como limosna…. Invito a todos los dirigentes políticos a pensar si lo que hacen lo están haciendo con el corazón, con la razón o por su boca salen palabras vacías que no piensa su corazón. Al pueblo a no dejarse engañar por pajaritos pintados, por ofertas falsas, piensen, analicen en familia cual es el mejor camino para salir de este atolladero y construir una Patria Digna donde todos vivamos en armonía, respeto y bienestar. No eran todo lo vean…observen; no crean todo lo que oigan…escuche; no crean todo lo que les digan…investiguen. Dios guía y bendice, pero cada quien hace su esfuerzo pone su constancia y aumenta su fe.